martes, 2 de diciembre de 2008

EL DOBLE FINAL


Autor: Adriano Oliva

II° PREMIO, ESCRIBIENDO CIENCIA... FICCIÓN?

SB1 2008


Al llegar de un viaje largo y cansador, lo único que quería era llegar a mi mansión y descansar en mi alcoba, fumando una pipa y leyendo algún buen libro. Los que tenia eran buenos, no puedo negarlo, pero no me quedaba ninguno por volver a leer, como ya lo habaran notado soy una de esas personas que no les apasiona la constancia, prefiero un sola vez y ya, así que, viéndolo de ese modo, le pido a mi chofer que se detenga en la librería de la calle Cherry.
Cuando entro, me llevo la sorpresa de que desbordaba de gente, era imposible elegir un libro, o ir hacia mi sección favorita; Policial. Y entre esos descuidos de mis ojos, observo un estante en el cual un solo libro se empolvaba cada vez más y más. ¿Por que no había nadie en esa sección?, me acerco y encuentro la respuesta, era simple y decisivo, un solo libro, una sola historia, contada en no mas de 30 paginas, y entendí así el desinterés en el.Lo levanto, se titulaba El Polvo de la Muerte, nunca había leído un libro en el cual el autor es anónimo. Algo me decía que lo compre, pero no estaba seguro, y al mirar de nuevo toda esa multitud de gente, no dude ni un minuto y me apropie de el.
Al llegar a mi casa, no espere mas y me decidí a subir las escaleras interminables, estaba exhausto, pero las ansias me atormentaban, necesitaba leer el libro, necesitaba responder las intrépidas preguntas que mi cerebro hacia. En mi escritorio sentado, en mi cómodo sillón, llamo a mi sirvienta para pedirle que me prepare mi pipa, le dije: “algo rápido no más total es un cuento corto”.Ya tenía todo lo necesario y me decidí por volver a leer el titulo y abrir el cuento, para comenzar la lectura:…
“El patrón se había ido una semana de viaje, tenía todo el tiempo del mundo para mi plan. En esos días me hice amiga de todos en esa casa para no levantar sospechas. Sabía que no podía fallar. Estuve pensando, y no sabia que hacer, busque mil formas pero ninguna me conformaba. Revolví toda su casa, para ver si podía llevarme algo, total era un viejo estupido. Cuando en una de esos revuelos se me ocurrió algo, ya que el me lo pedía constantemente luego de esos largos viajes.Con preguntas sospechosas, analicé su comportamiento para que nada fallara, para encontrar el momento justo y la manera adecuada para lograr mi objetivo que era matarlo y envenenarlo. El nunca se imaginaria que iba a perder su vida con algo tan simple y vicioso. Yo esperaba su llegada, ansiosa y desesperada. Cuándo llega a su mansión, sabia que venia cansado y que subiría a su habitación a descansar y que en ese momento me llamaría, no podía fallar, todo debía ser perfecto… “.
De repente mi lectura se vio interrumpida por un llamado. Era Rafael que me pedía un favor. Nunca me paso de comenzar un cuento corto sin finalizarlo, pero aun así cierro el libro dejando el final para más tarde.Al terminar mis ultimas hojitas de la pipa para poder irme, me empecé a sentir raro, todo se borroneaba, me siento en mi sillón sin entender que me pasaba. Y al mirar esa pipa cuyo contenido ya no estaba, me di cuenta de todo y desafortunadamente entendí que estaba en presencia del final del cuento.

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